Bien o mal, Netflix se encuentra actualmente en el ojo del huracán de la industria cinematográfica. Ya por años, varias de sus figuras importantes han condenado no sólo al servicio, sino el ver películas en lugares que no sean salas de cine.
El pasado mayo, la compañía de Reed Hastings fue objeto de controversia durante su competencia no con uno, sino dos filmes en el Festival de Cannes, cuyos organizadores optaron por prohibir la participación de películas exclusivas de streaming en próximas ediciones.
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Hoy, en entrevista para el medio español El Mundo para promover su nueva película, Dunkerque, el reconocido cineasta Christopher Nolan criticó dura y abiertamente al servicio. El director ya había hecho declaraciones similares en el pasado, durante la CinemaCon, donde él y la también directora Sofia Coppola hablaban de lo esencial que es una sala de cine para experimentar verdaderamente una película.
Sin embargo, Nolan ha sido más severo en esta ocasión. Cuando se le cuestionó si consideraba una herejía que su nueva película se viera en una pantalla de televisión o en Netflix, respondió que “la televisión existe desde los años 50 y Netflix es televisión. ¿A quién le importa Netflix? No creo que afecte a nada, no es más que una moda, una tormenta en una taza de té”.
Nolan, mente detrás de filmes como Interestelar, El origen y la trilogía de The Dark Knight, también es conocido por ser uno de los grandes directores comerciales que aún abogan por técnicas cinematográficas tradicionales, tanto en el empleo de efectos especiales prácticos como en la filmación con celuloide. Muchas de sus últimas películas, incluyendo El Caballero de la Noche y la propia Dunkerque, cuentan con largos segmentos filmados en película IMAX, por lo que se disfrutan más en las pantallas del mayor tamaño posible. Todo lo contrario a una televisión, por grande que sea.
Para Nolan, el cine sólo lo es si se ve en una sala de cine. “¿Cuál es la definición de una película? ¿Qué es una película? ¿Algo que dura dos horas? ¿Es un género en particular? Nada es eso. Lo que ha definido siempre a una película es que se ve en un cine. Ni más ni menos”.
Respecto a la participación de Netflix en competencias y festivales, agregó que “el hecho de que Netflix esté haciendo películas para televisión y que compitan en los Óscar o en el Festival de Cannes, sólo significa que utiliza el cine como un arma de promoción. Y no pasa nada, pueden hacerlo. Eso sí, si yo dirigiera un festival, no las aceptaría porque no son películas”.
Una de las controversiales obras en cuestión es Okja, el director coreano Bong Joon-ho, recientemente estrenada en Netflix. El filme fue parte de la competencia principal en Cannes, y obtuvo muy buena reacción por parte de la crítica.
La película, un relato sobre una niña coreana que busca recuperar a su mascota, tiene un subtexto de crítica al corporativismo y a la crueldad animal. Aunque entrañable (nuestra reseña aquí), tanto sus temas como sus imágenes no son accesibles para el gran público.
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Puede que Nolan y muchos otros cineastas antes que él, tengan razón en que nada se compara a una sala de cine para experimentar una película. Sin embargo, en un panorama de distribución cinematográfica en el que la oferta se limita a franquicias de inflados presupuestos con secuelas aparentemente infinitas, ¿hubiera Okja tenido oportunidad de hacer dinero?
Dunkerque, filme bélico de Nolan, llegará a salas de cine mexicanas el 27 de julio de 2017.