Venden obra de arte creada por un robot sobre Alan Turing en más de un millón de dólares

Un retrato del descifrador de códigos de la Segunda Guerra Mundial, Alan Turing, creado por la robot de IA Ai-Da, se vendió en Sotheby's por la sorprendente suma de $1,084,800. Titulado "A.I. God," la obra superó ampliamente su estimación inicial de hasta $180,000, convirtiéndose en la primera obra de arte creada por un robot humanoide en venderse en subasta. Esta venta plantea una pregunta en el mundo del arte contemporáneo: ¿pueden considerarse “arte” las creaciones producidas por IA? Y quizá la respuesta es sí o no importa mientras alguien las compre. SIn embargo queda por ver si es una tendencia de larga duración o una mera moda pasajera. 

El trabajo de Ai-Da invita sin duda a reflexionar sobre el papel de la IA en los espacios creativos. Algunos argumentan que el arte requiere emoción, intención y experiencia humana, cualidades de las que carece la inteligencia artificial. Sin embargo, los creadores de Ai-Da sugieren que sus obras sirven como catalizadores para el diálogo sobre el impacto de la tecnología en nuestra sociedad. A medida que la IA se vuelve más prominente, estas nuevas formas de “arte” podrían llevarnos a redefinir la creatividad misma, cuestionando nuestras suposiciones sobre originalidad, significado y autoría.

El precio alcanzado y la participación de Ai-Da en eventos como la Cumbre de IA para el Bien de las Naciones Unidas muestran una creciente curiosidad, si no una aceptación, del arte de IA. Pero la pregunta persiste: ¿es realmente arte o simplemente un reflejo sofisticado de la creatividad humana, ejecutado por una máquina? En última instancia, este tipo de obras nos desafían a considerar cómo percibimos el arte y, al mismo tiempo, nos confrontan con las implicaciones éticas y sociales de los avances en la inteligencia artificial.

Imagen: Ai-Da

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