Review - Kirby Air Riders, una muestra más de que Masahiro Sakurai es un fuera de serie

Masahiro Sakurai es un fuera de serie. No es ninguna novedad afirmarlo, pues hablamos de quien, además de crear a Kirby —uno de los personajes más conocidos de Nintendo—, le dio un giro total a la lógica de los fighting games al incorporar mecánicas de platforming y party, y que dio por resultado el original Super Smash Bros. de 1999 que llegó a Nintendo 64 y que derivó en múltiples secuelas estrenada en las consolas subsecuentes de la Gran N, cada una con ideas que han seguido engrosando la propuesta primigenia.

 

Ese mismo enfoque de darle un giro a una lógica ya conocida lo volvemos a ver ahora con Kirby Air Riders, un juego que aparenta ser una propuesta más dentro de la competida arena de racing games estelarizados por company mascots (tan solo en este 2025 tuvimos Mario Kart World Sonic Racing: CrossWorlds), pero que en realidad depara una experiencia única, frenética y llena de modalidades que complacen, por un lado, a quienes estén en busca de sesiones casuales con sabores party para disfrutarse en solitario o en compañía de otros jugadores en local u online, y por otro, a aquellos que tengan una perspectiva más competitiva de la jornada multiplayer.

 

En otras palabras, lo que Sakurai ha ofrecido durante décadas con Super Smash Bros., pero ahora desde la trinchera de Kirby y bajo el velo de carreras en lugar del de peleas. Y el resultado es un juego que nos ha dejado boquiabiertos ante las incesantes olas de creatividad, emoción y caos que desborda.

 

 

¿Carreras, acción, party o todos en uno?

 

Kirby Air Riders, al igual que la serie Super Smash Bros., ofrece un modo historia que sirve como la vía principal para desbloquear contenido —por ejemplo, personajes y vehículos— y que hace las veces de escuela de curva de gameplay, abarcando las aristas principales del título, sean las mecánicas de conducción y combate, los diversos modos de juego o las diferencias entre máquinas.

 

El argumento es lo de menos, pero eso sí, vuelve a poner sobre la mesa la manera en que Kirby es una saga cuyos juegos, conforme progresan, transitan del imaginario de fantasía, personajes adorables y colores vivos, al de ciencia ficción, villanos siniestros y tonos metálicos (hay momentos en los que las cinemáticas pre-renderizadas del modo historia parecen sacadas de The Matrix).

 

Para ser honestos, al momento de escribir este review no recordamos del todo la trama —algo relacionado con una entidad mecánica que se estrelló en un planeta, una nave en el espacio exterior, y máquinas que se convirtieron en vehículos, aunque podríamos estar equivocados—, pero al ser Kirby Air Riders un juego poco convencional dentro del espectro de racing games, recomendamos terminar su modo historia, así como las lecciones que tiene agrupadas en un apartado dedicado, con la finalidad de que el usuario comprenda de qué va su mezcla de carreras, acción y party, y se aventure de lleno en los distintos modos.

 

 

Desafiando nuestro entendimiento de racing games

 

Cuesta trabajo acostumbrarse a las mecánicas de Kirby Air Riders. Por lo regular, en los juegos de carreras es el usuario quien tiene el dominio sobre la aceleración, pero aquí no es el caso. De hecho, el desafío a nuestro entendimiento del género racing llega desde el esquema de control, limitado a solo dos botones (uno para succionar, frenar, driftear y acumular boost; y el otro para ejecutar un especial que se libera al llenarse una barra) y al stick izquierdo, que se usa para determinar la dirección hacia la que se pretenda ir, así como para realizar un giro de ataque (moviéndolo rápidamente hacia los lados) que hace daño a los adversarios.

 

El corredor avanza solo y el jugador debe regirse con estrategia para tomar la delantera, por ejemplo, manteniendo y soltando con precisión el botón correspondiente para desacelerar, driftear, salir de curva y boostear, o bien succionando en el camino a algún NPC que tenga una habilidad especial que pueda ser copiada (espada, golpes, boomerangs, fuego, etc.) para atacar a los contrincantes en la pista y rebasarlos, o en su defecto, dejarlos fuera de la jugada. Asimismo, deben tomarse en cuenta aspectos clave como la acumulación de velocidad si se sigue la estela de estrellas que dejan los corredores que van por delante, o la obtención de un ligero boost si se aterriza derecho cada vez que se planea por los aires.

 

 

Y a la par del esquema de control, existe la abismal diferencia entre vehículos (por ejemplo, hay uno que se detiene por completo si se presiona el botón de boost; otro que sirve para elevarse mejor por el aire; otro que se transforma en moto o en deslizador, otro que da las vueltas más cerradas; otro que no tiene boost, pero que se desempeña mejor en las demás áreas; otro que es más pesado para el combate; y un larguísimo etcétera), conformándose así otro de los pilares que cada quien debe considerar dentro de su estrategia general, o bien para la sesión en turno.

 

Todo lo anterior constituye la curva principal de gameplay, a ejecutarse dentro de los diversos modos de juego con los que cuenta Kirby Air Ridersun título con el que es imposible no divertirse si se está dispuesto a superar su curva de jugabilidad y dejar atrás la concepción que se tenga sobre los racing games.

 

 

Aquí hay carreras en tercera persona (el modo más tradicional), carreras hiperquinéticas de vista cenital en pistas pequeñas, combate en arena, skydiving para recoger puntos, peleas contra los jefes que se encuentren en el modo historia, y el modo más caótico de todos, City Trials, que inicia con un round de conteo regresivo para recolectar modificadores para el vehículo, y que desemboca en un round de acción frenética en el que lo mejor es dejarse llevar, porque el caos en pantalla es de verse para creerse.

 

Kirby Air Riders ofrece una cantidad impresionante de contenido, y escarbar hasta llegar al 100% de los desbloqueables garantiza estar exprimiendo sus modos durante un largo tiempo, eso sin mencionar la diversión que el juego depara a través de su multiplayer, tanto local como online (este último sin lag, al menos en nuestras sesiones para este review), un recordatorio de que los títulos de Sakurai siempre están dentro de los mejores exponentes del apartado social en plataformas de Nintendo.

 

 

Conclusión

 

Si hay disposición a desafiar cómo se juega un racing gaming o un título de acción/combate vehicular, Kirby Air Riders no debe faltar en cualquier buena librería de juegos de Nintendo Switch 2. Es un título extraño y no convencional; cuesta trabajo adaptarse a él, y aún así, desde sus primeros minutos, imprime una huella de asombro que invita a abrazar y superar su curva de gameplay, sea por sus fantásticos visuales (toda una maravilla en términos de rendimiento, texturas, modelos y efectos especiales), sus adorables personajes, el alto grado de personalización de los vehículos, el reto a encontrar la mejor combinación entre corredor y máquina o, simplemente, el espectacular caos que domina la pantalla en todo momento (de verdad algo fascinante y desorientador).

 

Podría decirse que Kirby Air Riders es el hermano de la serie Super Smash Bros., tanto en términos de presentación, como por la manera en que tuerce y contraviene lo que ya se conocía dentro de un género determinado, y lo zarandea y complementa para demostrar que siempre hay espacio para arriesgarse, salirse de los márgenes convencionales e innovar, algo que solamente los fuera de serie como Masahiro Sakurai son capaces de lograr.

Calificación: 9.0/10
Kirby Air Riders
Desarrollador: Bandai Namco Studios y Sora Ltd.
Publisher: Nintendo
Disponible en Nintendo Switch 2

 

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