La vivaz ciudad de Taipéi o Táiběi Shì es la capital de otra pequeñísima China no reconocida oficialmente por el Partido Comunista de Mao, la Organización de las Naciones Unidas o la mayoría de países en el mundo, salvo contadas excepciones como el Vaticano. Se trata, sin embargo, de unos de los grandes tigres asiáticos, con el que todos tienen relaciones comerciales y financieras apenas disimuladas. Los retos que ha enfrentado esta otra república guiada hacia el capitalismo los ha resuelto con una increíble inventiva.
Las altas montañas de esta isla, separada geográfica y políticamente de China y el continente, rodean a su capital, provocando la acumulación de contaminantes atmosféricos responsables de sus graves problemas respecto a la calidad del aire, algo que compromete seriamente la calidad de vida de sus dos millones y medio de habitantes. Por eso Taipéi se ha comprometido en convertirse en un ejemplo de cambio inteligente con vistas al porvenir.
Si la capital taiwanesa ocupa el segundo lugar en Asia y el cuarto a nivel internacional en el Índice de Ciudades Inteligentes del IMD, se debe a haber construido una sólida infraestructura digital y física. En 2016 estableció la Oficina de Gestión de Proyectos la Ciudad Inteligente de Taipéi, basada en la cooperación público-privada para desarrollar y poner en funcionamiento aplicaciones con inteligencia artificial y otras tecnologías de planificación:
Ha resultado muy exitoso el programa de control de la calidad del aire de la ciudad, sustentado en el uso de sensores que envían alertas automáticas sobre rutas de tráfico a los ciudadanos, redirigiendo la circulación en las zonas más contaminadas. También en un sistema de semáforos de control inteligente que procura mejorar la fluidez automovilística y reducir la suciedad atmosférica durante las horas punta de afluencia vehicular.
La empresa privada “WeMo” ha lanzado junto al gobierno de Taipéi un sistema de uso compartido de patinetes eléctricos con el fin de reducir todavía más la concentración de automóviles. Esta increíble urbe también ha implementado un sistema de gestión de residuos que utiliza mapas digitales para avisar en tiempo real al servicio de recolección cuando los contenedores de basura se encuentran llenos, procurando una limpieza eficiente.
La tarjeta de identificación ciudadana inteligente “EasyCard”, que puede gestionarse desde un Smartphone, ofrece a la población de Taipéi, no solo el derecho a votar, sino acceso rápido a una diversa gama de servicios, como asistencia sanitaria, transporte público y aprendizaje electrónico. Se trata no solo de una tarjeta de reconocimiento, sino de “integración” entre las personas y las instituciones de utilidad social de una capital a la vanguardia. No es extraño que el corazón de Taiwán sea un modelo para el país y el resto de Asia.
Imagen: Taipéi, Taiwán, Giornale IL MELO.