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Uncharted 4: A Thief's End


Naughty Dog pone fin a la serie Uncharted con un videojuego absolutamente memorable. Te contamos por qué es el juego definitorio del PlayStation 4.

por: Allan Vélez Allan Vélez

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En la serie Uncharted hay una mecánica de juego que consiste en coleccionar pequeños tesoros que, como si se tratara de diamantes, brillan sobre los coloridos y diversos escenarios del juego. Recogerlos suele ser gratificante; a veces son vasijas de alguna cultura milenaria como los mongoles, otras son reliquias de índole pirata, muy acorde a la trama de A Thief’s End. Dudo que salvo vagas descripciones la mayoría de los jugadores de Uncharted recuerden toda esta memorabilia que con singular esmero Naughty Dog coloca en cada juego de Uncharted; en cambio, estoy seguro que recordarán con lucidez los momentos increíbles que decoran la serie, pues, después de todo, Uncharted es un juego sobre un ladrón que ama coleccionar tesoros. Y Uncharted 4 está lleno de ellos.

 

“Al menos la vista es increíble”

La mejor promoción turística que Madagascar ha tenido en años.

 

Uncharted 4: A Thief’s End presta atención a cada detalle, por mínimo que sea. En una de las primeras misiones del juego, por ejemplo, un tipo me encargó escalar una torre en búsqueda de una reliquia. Para hacerlo tuve que recorrer una prisión donde minutos antes tuve una riña con unos presos; estaba en Panamá y como Nathan Drake es estadounidense, los presos –posiblemente nicaragüenses por su acento y por sus tatuajes similares a los de los mara salvatrucha– me decían “te voy a matar pinche gringo”. El punto es que, para poder encontrar la reliquia, tuve que escalar hasta una torre donde me esperaba un acertijo del siglo XVII o XVIII con referencias zodiacales. Para resolverlo Nathan sacó de su bolsillo un papel; sus dedos se veían sucios y maltratados.

 

Sin duda Uncharted 4 es el juego con mejores gráficos a la fecha. Probablemente algún juego de PC ejecutado en una máquina con especificaciones superiores a las del PlayStation 4 luzca algunas texturas con mejor resolución, pero ningún otro juego se le iguala en términos generales. Los distintos escenarios en los que se desarrolla la trama de Uncharted – que dura entre 12 y 14 horas de juego según la dificultad en la que se juegue– no tienen comparación con ningún otro juego. Y no solo se trata de gráficos sumamente definidos, sino también de entornos que lucen reales, vivos. Este tuit, por ejemplo, ilustra el nivel de detalle de Uncharted 4.

 

 

Y si el detalle visual del juego es majestuoso, su escala tampoco tiene comparación. Hacia la mitad del juego Nathan Drake y compañía –su hermano Sam y su mentor Victor Sullivan– viajan a Madagascar, donde Naughty Dog presenta el tianguis más detallado en la historia de los videojuegos. El grupo está allí porque deben buscar algo, que ni ellos mismos saben qué es, dentro de una altísima torre. Mientras la escalan, Nathan y Victor bromean entre ellos y dicen “al menos la vista es increíble”, una invitación de los desarrolladores a manipular la cámara –que un Uncharted no tiene ataduras– para apreciar, muy a lo lejos, el detallado tianguis. Desde esa misma vista se puede ver una carretera que zigzagea y donde más adelante, en ese mismo capítulo del juego, se desarrolla una emocionante secuencia de acción.

 

"Deja me asomo a ver si abrió el de la fruta".

 

A la excelencia de Uncharted 4 en el detalle gráfico y escala hay que añadir su estupenda narrativa. El juego cuenta la historia sobre cómo dos hermanos buscan encontrar el tesoro perdido de Henry Avery, “El Rey de los Piratas” según su página en Wikipedia. Si existe un videojuego que englobe las capacidades del medio para contar historias de una forma cinematográfica, definitivamente ese juego es Uncharted 4. Cada capítulo es una experiencia memorable –¡Uncharted está lleno de tesoros!–, a veces por los paisajes donde se desarrollan (Italia, Escocia, Madagascar, etc.), otros por su carga argumentativa o simplemente porque lo que ocurre en ellos es absolutamente espectacular.

 

Trepando hacia la cima

Uncharted 4, el mejor videojuego de botes que no es de botes.

 

Afortunadamente para los videojugadores, Uncharted 4 no deja de ser un videojuego, el mejor de su tipo en cuanto a escalar cuanta cosa sea posible trepar. Y vaya, qué ritmo tan disfrutable tiene. En ni una sola ocasión sentí que estaba en un videojuego con una estructura repetitiva, y eso que sus mecánicas se limitan a disparar, cubrirse, escalar, resolver puzzles y esporádicamente controlar vehículos. Uncharted 4 demuestra que un videojuego puede ser exitoso sin ambicionar con reinventar el hilo negro o crear mecánicas de juego novedosas –salvo los vehículos, Uncharted retoma todas de juegos pasados–, sino entendiendo cómo cada una de ellas puede ser útil al desarrollo de su trama.

 

Y aún cuando Uncharted 4 se siente increíblemente familiar respecto a los juegos pasados, es evidente que los añosen especial los de The Last of Ushan pasado por Naughty Dog. Comparando A Thief’s End con juegos pasados, es evidente que las mejores secuencias de acción son suyas y que ningún otro juego de la serie había sido tan profundo en el desarrollo de su trama –y que nadie olvide que Uncharted es un pulp–. No hay duda, Uncharted 4 es el mejor trabajo de Naughty Dog hasta la fecha.

 

Pero si cada viajero puede recordar algún detalle perfectible en sus travesías, creo que en el fantástico viaje que es Uncharted 4 puedo decir que la inteligencia de los enemigos, y en ocasiones las de los personajes aliados, es deficiente. Los enemigos suelen ser poco receptivos a las acciones del jugador –en más de una ocasión eliminé a un guardia a pocos metros del campo visual de otros logrando pasar desaparcibido–, aun cuando jugué Uncharted en Hard, un nivel por debajo de la dificultad más elevada. Supongo que Naughty Dog no quiso crear un juego que frustrara a los jugadores (The Last of Us, en cambio, puede ser realmente complicado), pero este detalle restó algo de emoción a las secuencias de combate, especialmente a las de sigilo, una de las nuevas implementaciones en A Thief’s End.

 

 

Y una vez que comienzan a correr los créditos del juego, el multijugador de Uncharted 4 es razón suficiente para seguir jugándolo por algunos meses más. El multijugador es entretenido pues parte de la sólida base que sostiene el gameplay de Uncharted 4: controles simples que permiten realizar movimientos espectaculares en combate. Es una fortuna que Naughty Dog haya hecho del posiblemente cuarentón Nathan Drake –o del sesentón Victor Sullivan– las versiones más ágiles de cada personaje: en Uncharted 4 pueden lanzarse cual Tarzán para aterrizar con un puñetazo sobre los jugadores rivales en entretenidos combates para hasta 10 personas en línea.

 

¡Salud!

Uncharted 4, tan detallado que el calor se quita con una cerveza.

 

Hace algunos meses, antes de que Uncharted 4 estuviera disponible en PlayStation 4, Naughty Dog lanzó Uncharted: The Nathan Drake Collection, una compilación remasterizada de los tres primeros juegos de la serie para PlayStation 3. Uncharted 2: Among Thieves inicia con una frase de Marco Polo: “No conté la mitad de lo que vi, sabía que nadie me creería”. Esta frase, utilizada por Naughty Dog como prólogo hace siete años, describe de buena forma lo que vi en Uncharted 4: algunos de los eventos más extraordinarios que como videojugador he experimentado, pero que sé nadie entenderá hasta jugarlos. Uncharted 4 es el mejor videojuego de PlayStation 4, sin lugar a dudas el título más avanzado de esta generación y con seguridad la insignia de hacia dónde irán las grandes superproducciones de videojuegos. Si al PlayStation 4 le hacía falta un videojuego definitorio, ahora lo tiene.

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