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No Man's Sky


Revisamos el ambicioso videojuego de exploración espacial del estudio independiente Hello Games.

por: Allan Vélez Allan Vélez

portada de nota

Mi primera hora de juego con No Man’s Sky, el nuevo juego de exploración espacial de Hello Games para PlayStation 4, fue algo así como jugar The Legend of Zelda por primera vez. Frente a mi había un planeta inexplorado y no tenía gran idea de qué hacer, pues al inicio el juego es poco comunicativo –ni siquiera explica los controles–. Con más curiosidad que certeza comencé a dar mis primeros pasos. A los pocos minutos descubrí que mi personaje carga una pistola que dispara un rayo que extrae elementos de prácticamente cualquier tipo de piedra o planta. Luego, minutos después de extraer varios elementos que seguramente formaron parte de algún examen de química de secundaria, dos drones comenzaron a dispararme. Traté de defenderme con el mismo rayo extractor, pero como No Man’s Sky no precisamente un FPS, acabé fulminado. Mi aventura reinició justo donde comenzó, a un lado de mi descompuesta nave espacial. Fue entonces que entendí que probablemente parte de la idea que Sean Murray, el director de No Man’s Sky, es que el jugador entienda que ese planeta que puede explorar y explotar aguarda tantos peligros como, supongo, había en la Tierra cuando los priemeros hombres caminaron sobre ella. Después de todo, uno de los pilares de No Man’s Sky es explorar planetas –hay 18 trillones en el juego–, así que supuse que morir de vez en vez será algo que pasará de forma regular.

 

No Man’s Sky es un título para el jugador curioso. Después de un par de desencuentros con los mencionados drones, supe que mi primer objetivo era reparar mi nave para poder volver al espacio. Necesité algunos elementos, así que advertido de los drones, comencé a recolectar los elementos que necesitaba para arreglar mi vocho espacial. Al poco tiempo comencé a familiarizarme con los controles y a sentirme seguro al caminar por mi primer planeta explorado. Supe que la pistola con el rayo extractor podía mejorarse para convertirse en una pistola de verdad, y que cada roca o planta en No Man’s Sky otorga algún elemento en particular. Cualquier jugador que haya jugado algún RPG entenderá rápidamente la estructura del juego: lootea y farmea para poder construir nuevos ítems. Traducido a los no gamers, en No Man’s Sky deberán recolectar un montón de objetos para poder construir nuevos objetos.

Estos drones son la tira cómica de No Man's Sky.

 

Ahora, no es que recorrer un colorido planeta inexplorado con el único fin de abandonarlo haya sido aburrido. De hecho, ahora que lo recuerdo, quizá hubiera disfrutado quedarme algunas horas más explorándolo. La superficie parecía lo suficientemente amplia como para que me perdiera horas en él; encontré cavernas, animales bastante raros y hasta se hizo de noche, pero al final el objetivo era salir de ahí. Y cuando lo hice, vaya que fue emocionante. Salir al espacio por primera vez en No Man’s Sky es excitante. Sonreí.

Mi primera vez en No Man's Sky fue memorable.

 

Eso sí, creo que en pleno 2016 Hello Games pudo haber hecho un poco más para hacer No Man’s Sky un poquito más amigable. Varias veces tuve que pausar el juego para saber cómo acelerar a bordo de la nave, o cómo correr cuando andaba a pie. No es que el juego sea algo brutalmente complicado, pero hubiera agradecido algunos mensajes en pantalla.

Este planeta se llama F3L1CID4D JP88.

 

Estoy seguro que la hora y media de juego que pasé con No Man’s Sky es una proporción minúscula comparada con la posible profundidad del juego –¡18 trillones de planetas!–, pero, después de mi breve sesión, crep que puedo decir que la obra de Hello Games dejará satisfecho a cualquier jugador curioso. Adentrarse en cada planeta, realizar un sobrevuelo y comenzar a caminar sobre su superficie es una experiencia bastante grata. No puedo esperar por visitar un planeta con dinosaurios.

 

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