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Reseña: Call of Duty: WWII


Call of Duty regresa a la Segunda Guerra Mundial para refrescar un gameplay que quedó atascado en el futuro.

por: Allan Vélez Allan Vélez

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En los últimos años, Call of Duty se transformó en un videojuego de disparos futurista con tantas armas láser y jetpacks que la serie prácticamente terminó irreconocible. Pero la edición de este año, desarrollada por Sledgehammer Games, regresa la serie a sus orígenes.

 

Sí, este viaje refresca muchísimo la personalidad de Call of Duty. El multijugador se siente menos caótico y mucho más balanceado. El modo zombis se siente menos caricaturesco e incluso gana algo de horror. Incluso la campaña gana dramatismo.

 

 

La campaña

 

El modo historia de Call of Duty: WWII narra la historia de un soldado estadounidense involucrado en los últimos años de la guerra. Se trata de un texano que combate en misiones históricas como el desembarque en Normandía o el asedio del río Rin. Sí, son escenas familiares en varios de los videojuegos de la Segunda Guerra Mundial, pero que con la narrativa tan cinematográfica de los juegos de Activision logra una experiencia visual atractiva.

 

La campaña también presenta cambios a la fórmula habitual de Call of Duty. El cambio más notorio es que la salud ya no se regenera automáticamente. Eso no quiere decir necesariamente que el juego sea más complejo, sino que constantemente deberás pedir a tus compañeros de pelotón botiquines y munición. Definitivamente no es un enfoque tan dinámico como los glory kills de Doom, pero al menos ayuda a generar una sensación de que efectivamente no se combate solo.

 

 

También debo decir que sí disfruté la campaña de este Call of Duty. Había omitido las de las dos pasadas entregas después de la segunda misión. Esta, en cambio, la completé en alrededor de seis horas y disfruté especialmente las misiones que involucraron sigilo. Posiblemente sea la mejor campaña de todos los CoD de esta generación.

 

Multijugador

 

Después de un par de entregas en las que el modo multijugador pedía a los jugadores torpes como yo vigilar los techos y paredes como si se estuviera enfrentando xenomorfos, Call of Duty regresa a un conflicto donde las trincheras tienen significado y las armas parecen tal cosa y no antenas pegadas al brazo.

 

En general, el multijugador de esta edición tiene un ritmo mucho más pausado.

 

La interfaz del lobby de espera también tiene un cambio importante inspirado en las salas sociales de juegos como Destiny. Este espacio se llama Headquarters y ahí puedes realizar actividades para matar tiempo antes de que inicie la siguiente partida; por ejemplo, puedes abrir paquetes de modificadores, adquirir retos específicos como realizar X número de bajas con un arma para sumar más experiencia y, mi favorito, enfrentamiento 1 vs. 1.

 

 

Call of Duty: WWII también realiza un ajuste a su clásico sistema de clases. En vez de pedir al jugador crear un personaje desde su base, existen cinco preexistentes que pueden modificarse. La más amigable para los jugadores primerizos es infantería, bastante útil para entrenamientos de corto y mediano alcance.

 

Zombis

 

Como ha ocurrido con entregas pasadas, Zombies podría ser el modo más entretenido de Call of Duty: WWII. Para los primerizos, este modo requiere que sobrevivas a grupos de enemigos que se vuelven más agresivos, resistentes y numerosos a medida que avanzas y desbloqueas nuevas áreas del mapa.

 

 

Fuera del evidente cambio de escenario a la Segunda Guerra Mundial, el modo Zombies de esta edición añade un tutorial cuando se juega en solitario y la ambientación es mucho más sombría, casi como si se estuviera jugando un juego de horror. Este modo es el más sólido de WWII.

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