parentesis.com/

‘Stranger Things 2’, como secuela de clásico ochentero


La exitosa serie de Netflix estrena nueva temporada con uno de sus episodios más divisivos.

por: Lalo Ortega Lalo Ortega

portada de nota

Nadie vio venir a Stranger Things. Con un largo camino de rechazos por televisoras, modesto presupuesto y un estreno en Netflix con poca faramalla, llegó como una sorpresiva bomba de carisma y corazón con sus ocho episodios originales el verano pasado.

 

Después de un año de nominaciones y fanaticadas crecientes, las expectativas eran altas para la continuación, no titulada “segunda temporada”, sino Stranger Things 2, con un sufijo numérico que también distingue a varias secuelas de nuestras amadas películas ochenteras: Terminator 2, Volver al Futuro II, Karate Kid 2

 

Como suele ser la regla con esas películas, la segunda parte de Stranger Things también es más grande por necesidad: el pueblo donde se desarrolla la historia, Hawkins, es un puntito en el gran esquema de las cosas. Las nostálgicas referencias de las que se nutre la primera temporada no durarán para siempre, así que los creadores de la serie, los hermanos Matt y Ross Duffer, se dieron a la tarea de expandir la mitología… sólo un poco. Justo lo necesario.

 

Así, Stranger Things 2 viene con más monstruos, más grandes, y más personajes que incluso trascienden las fronteras de Hawkins, pero eso no la convierte en una mejor temporada en automático. Por fortuna, todo lo que hizo buena a la primera permanece aquí, con muchas gratas sorpresas.

 

 

La historia continúa en 1984, a casi un año del rescate de Will Byers (Noah Schnapp), quien sigue procesando el trauma y los efectos secundarios de su incursión en el “Otro lado”. Su sobreprotectora madre, Joyce (Winona Ryder), ahora tiene una relación con el bonachón Bob (Sean Astin, de apta fama por Los Goonies), y la obsesión por los videojuegos rige las vidas de los otros niños, Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin) y Mike (Finn Wolfhard), quien sigue esperando el regreso de "Eleven" (Millie Bobby Brown).

 

El malhumorado jefe de policía, Jim Hopper (David Harbour), y el triángulo amoroso adolescente siguen siendo parte de la dinámica. Los padres negligentes de Mike vuelven a hacer su aparición, igual que el misterioso laboratorio de Hawkins, las referencias ochenteras, la música de Kyle Dixon y Michael Stein, las bicicletas, las conspiraciones…

 

Si suena a más de lo que ya vimos antes, pero en mayor escala, es porque así es. Esto no es algo malo todo el tiempo, pero sin duda frustrará a quienes busquen respuestas a los misterios de los primeros episodios. La serie sí hace intentos por expandir su mundo, pero el resultado suele ser poco satisfactorio.

 

 

Para no caer en spoilers, es suficiente decir que uno de los nueve episodios de la temporada rompe por completo con todo lo que ha definido a Stranger Things, al punto de parecer el piloto de un spin-off más emparentado con Héroes o X-Men. Sin duda, los Duffer se muestran dispuestos a tomar riesgos para llevar su serie al siguiente nivel –visión obligada ante la inevitable tercera temporada–, aquí aterrizada de forma tan tosca como desconcertante.

 

Mientras tanto, los habitantes de Hawkins siguen desbordando carisma, y una serie de eventos los conducen a formar inesperadas combinaciones con efectos a veces geniales, a veces mediocres. Dustin y Steve (Joe Keery), el improbable dúo ya sugerido en los avances, es sin duda uno de los más divertidos. Por su parte, tanto Winona Ryder como Noah Schnapp reciben más tiempo para brillar en esta secuela. Will, en particular, en su condición del personaje con peor suerte del año, llega a ser tan vulnerable como escalofriante.

 

Otros no tienen tanta suerte, pues la historia sacrifica la intimidad por la magnitud. Sin dar muchos detalles, personajes antes cruciales, llegan a pasar episodios enteros en la banca, con poco que hacer cuando reaparecen. En esta ocasión, los Duffer olvidaron que menos suele ser más, y esparcen a sus personajes en muchas subtramas como mantequilla en demasiado pan.

 

 

Es por esta razón que los chicos nuevos del vecindario, Max (Sadie Sink) y Billy (Dacre Montgomery), resultan problemáticos. Aun cuando ambos actores ofrecen sólidas interpretaciones que harán desear su regreso en la próxima temporada, es difícil no preguntarse si en verdad eran necesarios para la trama.

 

Pero a pesar de sus carencias, Stranger Things 2 sigue siendo un viaje emocionante por la gracia de sus personajes y la tenebrosidad atrapante de su mundo. Los Duffer aspiraron a crear el equivalente a Aliens o Terminator 2, la secuela que expande y mejora el legado de su predecesora. No lo lograron en esta ocasión, pero sin duda esperamos que lo hagan para la tercera entrega.

 


Stranger Things 2

Creación: Matt y Ross Duffer

Reparto principal: Winona Ryder, David Harbour, Millie Bobby Brown, Finn Wolfhard, Noah Schnapp, Sean Astin, Caleb McLaughlin, Gaten Matarazzo, Paul Reiser, Sadie Sink, Natalia Dyer, Joe Keery, Charlie Heaton y Dacre Montgomery

Estreno: 27 de octubre 2017

Plataforma: Netflix

Comenta:

separador de nota