Tras la misteriosa desaparición del avión de Malaysia Airlines con número de vuelo MH370 que se dirigía de Kuala Lumpur a Pekín (con 239 personas a bordo), las autoridades correspondientes –principalmente de Malasia y China- destinaron un arsenal de recursos para su búsqueda con el fin de encontrar alguna pista de lo ocurrido y resolver el caso.
Por lo menos 40 barcos y 34 aeronaves participaron en la búsqueda, con equipos de Australia, China, Tailandia, Indonesia, Singapur, Vietnam, Filipinas, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. Por su parte, un grupo de científicos en Alemania tiene la esperanza de que se logren identificar imágenes de restos del avión para poder enviar un minisubmarino no tripulado llamado “Abyss", uno de los tres submarinos que existen en el mundo en condiciones de realizar búsquedas a partir de 3,000 metros de profundidad.
Al mismo tiempo se utilizaron todos los recursos tecnológicos disponibles para rastrear digitalmente cualquier resto del avión, incluyendo búsquedas satelitales utilizando sofisticado equipo, además de la participación de especialistas de la NASA, quienes realizaron complejos cálculos para identificar el área aproximada de la caída del avión.
La tecnología utilizada durante la búsqueda ha incluído los satélites Earth Observing 1 y la cámara ISERV a bordo de la estación espacial internacional. La empresa Digital Globe por su parte implementó un sitio especial llamado Tomnod (Gran Ojo, en mongol) para que todas las personas interesadas se sumaran a la búsqueda e identificación de objetos “extraños” que pudieran ser parte del desaparecido avión.
Sin embargo, nada de esto ha servido para encontrar al Boeing 777, aparentemente perdido en la inmensidad del océano.
Al parecer, ni toda la tecnología disponible actualmente ha sido capaz de resolver uno de los misterios más grandes en la historia de la aviación y, a 20 días del accidente –ocurrido el 8 de marzo- parece que ya hay pocas esperanzas de resolverlo pronto. Por ahora, sólo una cosa es cierta. Es necesario cambiar y mejorar la tecnología a bordo de los vuelos comerciales para evitar que estos accidentes ocurran en el futuro.
Para hacerlo, diversas fuentes consultadas por CNN, proponen las siguientes opciones:
1. Envío de imágenes desde la cabina
Incluir una cámara en el área de mando podría ser una de las modificaciones para los próximos aviones; sin embargo, voceros sindicales indicaron que estar en observación afectaría el desempeño de los pilotos además de considerarse invasión a la privacidad.
2. Transmitir información del vuelo en tiempo real
La compañía canadiense Flyht Aerospace Solutions afirma que es posible implementar alguna tecnología en el avión que envíe señales en streaming. Durante un vuelo normal, el sistema enviaría actualizaciones cada 5 a 10 minutos y podría ser programado para reconocer cuando algo anda mal, tal como una desviación en la ruta de vuelo, a fin de comenzar a enviar, de forma automática, datos segundo a segundo.
3. Actualización de la tecnología en nuevos aviones
En la actualidad, todos los aviones comerciales cuentan con dos cajas negras, una que se encuentra localizada en cabina para captar las conversaciones de la tripulación y un registrador de datos de vuelo, que almacena datos acerca de la altitud, velocidad, rumbo y algunas otras lecturas instrumentales que podrían ayudar a la localización de una aeronave, en caso de que suceda algún accidente. Dado que las cajas negras guardan mucha información valiosa incluyendo las conversaciones de la cabina, se tiene planeado diseñar baterías con mayor tiempo de vida para las balizas localizadoras, también conocidas como registrador de vuelo.
4. Incrementar la capacidad de grabadoras de datos y de voz
Las grabadoras de datos y voz únicamente permiten dos horas de registro, por lo cual algunos diseñadores propusieron crear grabadoras de voz y datos de vuelo que se desprendan del avión en el momento del impacto o momentos antes, así los transponedores flotarían.
5. Conectar la información del avión con un satélite en órbita
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte estudió un nuevo sitema que permita enlazar datos del avión que ayuden a la localización en caso de accidente con satélites que se encuentren en órbita, los cuales podrían compartir dicha información con las autoridades correspondientes en tierra.
Sin embargo, dicho sistema podría no funcionar debido a las condiciones de bancha ancha limitada, costo elevado, inquietudes en cuanto a la seguridad, privacidad y seguimiento del protocolo burocrático de la aviación.
