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Dos jóvenes de 14 años de Winnipeg, Canadá, vulneraron la seguridad de un cajero automático del Banco de Montreal, tan sólo leyendo el manual del aparato en internet.
Después de estudiar bien el manual, Matthew Hawlett y Caleb Turon, no tardaron mucho en lograr poner el software del cajero en modo administrador introduciendo una de las contraseñas por defecto del dispositivo que venía apuntada en el manual.
Por suerte para el banco, los jóvenes hackers no tenían fines delictivos, y no tocaron ni un sólo dólar canadiense, ni instalaron ningún software para leer códigos de tarjetas.
Según el Edmonton Journal, los jóvenes dejaron un mensaje en la pantalla que decía:
“Vete. Este cajero ha sido hackeado”, y después han avisado a los empleados de la oficina bancaria.
El asunto ha quedado en sólo un susto para el banco, y una advertencia de lo peligroso que puede ser dejar las contraseñas por defecto en nuestros dispositivos.
