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¿Y si la realidad virtual fracasa?


Sí, es cierto, los fabricantes están apostando por esta tecnología, pero yo tengo muchas dudas sobre su éxito.

por: Leandro Zanoni Leandro Zanoni

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Tengo muchas dudas sobre el éxito de la realidad virtual (VR en inglés). O, dicho de otro modo, serios indicios del posible fracaso de esta “nueva” tecnología que, hasta el momento, inunda mucho más los medios de comunicación que las preferencias de los usuarios. Tal vez me equivoque, pero la experiencia me indica que no hay que dejarse arrastrar por la fuerza centrífuga de los millones de dólares que las grandes empresas como Facebook, Intel, Samsung, LG, Sony y Google le destinan a sus potentes campañas de marketing.

 

Como ejemplo y antecedente más cercano, vale lo que pasó con el 3D en los televisores para el hogar. Nada. Eso pasó. Recuerdo las ediciones 2009 y 2010 del CES de Las Vegas inundadas con las dos letras mágicas: 3D. Enormes carteles en todas partes. Las pantallas de la feria eran 3D. El futuro sería en 3D. Pero no lo fue. Los usuarios no estuvieron dispuestos a pagar más por esa experiencia y los contenidos prometidos nunca llegaron.

 

Sony fue uno de las que más apostó por esta tecnología. Incluso mostró un prototipo que se veía en 3D sin tener que usar los anteojos. Aún hoy sigo esperando que eso que salga a la venta (¿debo seguir esperando?). Y durante la Copa Mundial de Sudáfrica 2010, la japonesa apostó todo al 3D. Filmó varios partidos con cámaras en 3D para llenar los cines en varias partes del mundo con gente con anteojitos. Yo fui uno de ellos. En el centro de Johannesburg, Sony instaló una carpa para que el público mirara los resúmenes de los partidos. Recuerdo largas filas de entusiastas que querían ver en tres dimensiones a Iniesta y Messi. ¿Serán los mismos que ahora esperan con ansias el triunfo del VR?

 

A pesar de que la anuncian como la próxima revolución, lo cierto es que hasta ahora, la realidad virtual es una tecnología de nicho, que solo disfrutan muy pocos. Aquellos que pueden o están dispuestos a gastar 200 o más dólares para comprarse un casco como Galaxy Gear VR de Samsung, Oculus Rift o HTC Vive. LG también lanzó los suyos. Para los más pobres, está el Cardboard de Google, que es de cartón, pero la experiencia de interacción es notablemente inferior a las demás opciones.

 

El casco es una de los principales escollos para que el VR se expanda. Son incómodos, te aíslan del exterior y encima, hay que comprarlos aparte. Creo que la mayoría de la gente es reacia a usar accesorios tecnológicos que no sean pulseras o relojes. ¿Qué ocurrió con el tan hypeado proyecto de Google Glass? Fracasó. ¿Por qué? Por ahora Google no comunicó nada al respecto, pero parece que estar viendo fotos o correos electrónicos flotando en el aire delante nuestro no sería tan cómodo como se nos quiso hacer creer. Está muy bien que las empresas prueben elementos de interacción innovadores. Pero debemos separar los prototipos de las campañas de marketing. Tal vez las gafas de Google deberían servir como un llamado de atención para la industria. Los usuarios no adoptan cualquier cosa sin que les aporte reales ventajas.

 

En cuanto a los contenidos, se anuncian alianzas e inversiones para que haya cada vez más “experiencias alucinantes” en realidad virtual. Puede ser. Facebook apuesta fuerte a esto. “Es la plataforma del futuro”, dijo Mr. Zuckerberg. Pagó 2 mil millones por Oculus VR en 2014.

 

Por el momento, seis meses después del CES y del MWC de Barcelona, no se vieron muchas grandes novedades al respecto. Hay que esperar un poco más.

 

Por otro lado, ¿cuánto tiempo podemos estar con los cascos puestos, ajenos al mundo real que nos rodea? La experiencia de la realidad virtual, hay que aceptarlo, es muy linda. Pero no para pasar más de 10 minutos encerrado en esa dimensión. Cuando uno se pone los cascos no puede hacer nada más (en una era donde todo es multitasking). ¡Tenemos que revisar nuestro WhatsApp e Instagram!

 

El negocio fuerte, sostienen, será en la industria del entretenimiento, especialmente la gamer y la del porno. ¿Será? Tal vez sí, aún no lo sabemos. Sony lanzará su casco en octubre a 400 dólares. Un alto precio, similar al de su consola PS4. Pero me disculparán los gamers entusiastas, pero yo prefiero seguir jugando al FIFA con mis amigos y mirar sus caras enojadas cuando les hago un gol y escuchar sus risas. Somos humanos, necesitamos del otro.

 

Con todos estos motivos (precio, calidad de las experiencias, imposibilidad de hacer otras cosas mientras, pocos contenidos, etc.), fundamento mis sospechas de que la realidad virtual no terminará de arrancar como nos prometen las empresas. Así que creo que el futuro no será virtual, sino... aumentado.

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