A tan sólo unos días para que la nueva entrega de “Rápido y Furioso” llegue a los cines, uno de los protagonistas más entrañables de esta franquicia hizo su aparición: se trató del emblemático Toyota Supra color naranja que fue conducido por Paul Walker durante la primera entrega.
Sí, 20 años después de haber hecho salivar a todos los amantes de los autos con escenas de carreras callejeras y persecuciones a alta velocidad, el deportivo llegó a la subasta que la casa Barret Jackson llevó a cabo en Las Vegas este fin de semana.
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El auto, según la documentación que lo acompaña y entre la que se encuentra su certificado de autentificación, fue modificado por el taller The Shark Shop, en California, para el rodaje de la primera película, realizada en 2001, y, posteriormente, se le volvió a “tunear” para el rodaje de la segunda parte del filme.
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A este Toyota Supra 1994 lo caracteriza la resplandeciente pintura aperlada llamada Lamborghini Diablo Candy Orange, acompañada por el sticker Nuclear Gladiator color verde que se ubica a los costados del auto. El nada discreto exterior también incorpora un alerón frontal y el inmenso spoiler de aluminio, ubicado en la parte trasera.
Bajo el cofre, se ubica el motor turbocargado de seis cilindros 2JZ-GTE, de 320 caballos de potencia, acompañado por una transmisión automática de 4 velocidades.
Bueno, ¿y cuánto pagaron por este auto, que por muchos sería considerado una verdadera pieza andante de museo? Pues el Toyota Supra alcanzó la nada despreciable cifra de 550,000 dólares, equivalentes a ¡11.2 millonsotes de pesos!, esto lo vuelve una pieza de memorabilia no sólo única sino también cos-to-sí-si-ma.
