Cuando vas al cine, solamente hay dos posibles resultados al salir de la película: satisfacción o rechazo. Incluso cuando no entendiste muy bien la trama de la cinta, siempre predomina más un sentimiento, ya sea positivo o negativo. Pero, ¿qué pasa cuando ese sentimiento negativo es resultado de una película de la cual teníamos grandes expectativas?
Parece que una sensación similar no dejó descansar a un grupo de investigadores en Europa, pues recientemente pusieron a prueba una nueva tecnología que si bien no es la solución a los finales inesperados de las películas, sí ha llamado la atención de productores en Hollywood. Se trata de un sistema que por medio de diferentes sensores, puede detectar los cambios de humor de la audiencia, y así, cambiar el rumbo que va tomando la historia en la pantalla, es como si los protagonistas de una trama se adaptaran a los deseos subconscientes del público.
El experimento tuvo lugar en la universidad británica de Plymouth, en donde un grupo de voluntarios fueron invitados a ver una película, tal como lo harían el cine, con la diferencia de que ahí se les conectaron sensores para registrar su ritmo cardiaco, la actividad cerebral, cambios musculares y la transpiración. Antes de que comenzara la función, las computadoras registraron sus estados físicos para saber cuál era el punto de partida.
La película que se les invitó a ver estaba realizada por un grupo de estudiantes, donde los protagonistas se enfrentarían a una muerte incierta —tal como la mayoría de las películas a las que estamos acostumbrados— sin embargo, el final dependía del estado de ánimo que su cuerpo fuera mostrando de acuerdo al desarrollo de la trama. Es decir, si la audiencia se mostraba tensa, la película daba paso a una escena más relajada y viceversa, gracias a la implementación de un programa llamado Max msp.
El experimento resultó todo un éxito en términos de investigación, sin embargo, es casi imposible que podamos ver algo similar en las salas de cine, por lo menos en los próximos años. No suena viable dada toda la producción que implica el sistema, aunque por supuesto que suena interesante imaginar que algún día el final podría depender de lo que nuestro subconsciente espera que pase con los protagonistas, pero resulta difícil imaginar una sala de cine llena de personas conectadas a máquinas registrando cada estímulo.
Sin embargo, esta propuesta tuvo tal trascendencia que la industria del entretenimiento en Hollywood ya ha mostrado interés en saber más de su funcionamiento. Recordemos que las películas siempre son mostradas ante audiencias seleccionadas, antes de sus estrenos para recabar información mercadológica, así que es en este tipo de situaciones aisladas y controladas en donde se le podría dar un gran uso. De haberse inventado esto antes, seguramente habría más de una película a la que le habríamos cambiado el final. ¿En qué otro tipo de industrias crees que se podría aplicar este sistema?
