Aunque en México el semáforo epidemiológico se mantiene en verde en todos los estados del país –lo que significa que el riesgo de contagio de Covid-19 es bajo–, la realidad es que la pandemia no ha terminado y países como China enfrentan una nueva ola con altas tasas de contagios.
Estas subidas y bajadas en el número de contagios, hospitalizaciones y muertes a causa de la Covid-19 se debe, en parte, al surgimiento de nuevas variantes del virus SARS-CoV-2, ocasionadas por las mutaciones que éste sufre a lo largo del tiempo.
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Las nuevas variantes XD, XE y XF
Recientemente se ha hablado de una nueva serie de variantes de SARS-Cov-2, cuyo nombre empieza por la letra X, las cuales consisten en combinaciones de otras cepas previamente existentes. Entre estas nuevas variantes, las que han atraído los reflectores son las llamadas XD, XE y XF, que se han detectado principalmente en Francia, Dinamarca y el Reino Unido.
Estas tres variantes incluyen material de la cepa BA.1, mejor conocida como ómicron, mientras que XD y XF también contienen material de la variante delta. Se espera que la prevalencia de estas tres mutaciones aumente, ya que tienen un éxito reproductivo suficiente como para destacar.
Además, según los datos que los especialistas tienen hasta el momento respecto a estas tres variantes, se considera que podrían ser más transmisibles que las anteriores, aunque por ahora no hay datos suficientes para saber si tendrán o no mayor virulencia; es decir, no se sabe todavía si causarán cuadros graves de la enfermedad o no.
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Los Centros de Control de Enfermedades Infecciosas Europeos (ECDC) diferencian tres niveles para organizar el seguimiento que se da a las nuevas variantes víricas, entre los que ya se encuentra una de las nuevas variantes, la XD:
- Variantes en seguimiento (XD y ómicron BA.3)
- Variantes de interés (cepas ómicron BA.4 y BA.5)
- Variantes de preocupación (variante delta y cepas ómicron BA.1 y BA.2)
Hasta ahora, las variantes XE y XF no han alcanzado el nivel de relevancia requerido para ser clasificadas como variantes en seguimiento para los ECDC. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud también incluye únicamente la variante XD entre las clasificadas como de seguimiento.
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Respecto al efecto que tendrán estas nuevas variantes en la población y en la evolución de la pandemia, es algo que no se puede saber con exactitud, sin embargo, Antonio G. Pisabarro, investigador y catedrático de Microbiología de la Universidad Pública de Navarra, dice que sí se pueden tener algunas expectativas basadas en lo que sabemos a partir de la evolución de las mutaciones y de las epidemias anteriores.
Pisabarro explica que se puede definir la virulencia de un patógeno como el número de casos graves o muy graves respecto al total de las personas infectadas, y que, con las debidas precauciones, en general la virulencia de los patógenos suele disminuir con el tiempo de convivencia con el huésped.
Además, el éxito reproductivo de un patógeno es mayor cuanto menos daño causa al huésped, ya que así se puede transmitir más fácilmente. Por ejemplo, una persona muerta o inmovilizada por estar en un hospital o confinada en casa no puede transmitir el virus, sin embargo, alguien que, aunque esté enfermo, se siente relativamente bien y hace sus actividades cotidianas es quien más puede transmitir el patógeno.
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Por esto, explica Pisabarro, las variantes menos virulentas tienden a propagarse mejor que otras que limitan o eliminan la movilidad del animal o la persona enferma y por ello tienden a prevalecer en la comunidad. A esto se suma que, con el tiempo, el sistema inmune aprende a enfrentarse a los nuevos virus controlando su multiplicación y modulando la respuesta del organismo a ellos.
Bajo estas premisas, el pronóstico es que seguirán surgiendo nuevas variantes del SARS-Cov-2, y quizás algunas de ellas atraigan la atención por ser más contagiosas o por causar cuadros más graves; sin embargo, cabe esperar que las nuevas variantes tiendan a ser menos virulentas y, por consiguiente, a causar menos cuadros graves, menos hospitalizaciones y menos fallecimientos.
Por lo tanto y sumado a que buena parte de la población está ya vacunada, las próximas olas de la pandemia deberían ser cada vez más suaves y con una ocupación hospitalaria mucho menor que las anteriores.
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