El teléfono que llevamos en el pantalón del bolsillo puede explotar. Aunque estos incidentes son raros y los fabricantes hacen todo lo posible por evitarlos, las baterías de iones de litio tienen propiedades explosivas. Pero ¿cómo es que uno de los componentes esenciales de nuestros teléfonos puede terminar en llamas? La química tiene la respuesta.
Las baterías de iones de litio tienen un cátodo y un ánodo desde donde se desplazan moléculas cargadas de litio que generan energía. Para que la energía fluya, las baterías utilizan un líquido orgánico inflamable llamado electrolito, así como un material poroso nombrado separador, el cual impide que el cátodo y ánodo entren en contacto, pues si así fuese ocurriría un cortocircuito.
En la actualidad las baterías, especialmente las de los celulares, se recargan a altas velocidades. Al hacerlo se genera calor, que al llegar a altas temperaturas provoca una fuga térmica que avería los componentes de la batería, lo que propicia una explosión.
¿Cómo se regula la temperatura de una batería?
Debido a que es cada vez más común que la batería de un teléfono se cargue aprisa, los fabricantes instalan sistemas de administración que controlan la velocidad de la carga.
Distintos especialistas coinciden en que es difícil eliminar los riesgos de ignición, especialmente porque las necesidades de diseño de la competida industria de teléfonos requieren de baterías delgadas al extremo.
“Dado que las baterías generan energía mediante una reacción química, es difícil reducir el riesgo de ignición a cero”, explica a Trome Hideki Yasuda, analista del Ace Research Institute de Tokio.
Por su parte, Clare Grey, profesora de la Universidad de Cambridge, indica a la BBC que mientras más celdas haya en una batería, mayor será el riesgo de incendio. “Mientras más robustas se vuelven, mayor es el riesgo de que algo falle”.
En el caso de los incendios de teléfonos Galaxy Note 7, un reporte de Bloomberg señala que las igniciones ocurrieron debido a un error de producción que metió presión en las placas separadoras de las celdas, lo que provocó un cortocircuito.
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