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Internet esconde una forma de viajar gratis por el mundo


Couchsurfing es la herramienta que podría ayudarte a realizar ese viaje que has aplazado por falta de presupuesto.

por: Carlos Peña Carlos Peña

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Muchas personas dicen tener como pasión de vida viajar y recorrer el mundo pero pocas son las personas que realmente toman las oportunidades cuando se les presentan o bien, buscan que sucedan haciendo magia con presupuestos ajustados. 

 

Gracias a la tecnología han surgido herramientas que permiten que aquellos con alma de viajero puedan escaparse a rincones nuevos sin contar con el capital enorme que la mayoría cree que se necesita para emprender una aventura. Una de ellas es Airbnb que tiene como encanto no sólo ofrecer opciones de hospedaje más económicas que las de un hotel y mayor comodidad que un hostal, sino también la experiencia de vivir con un local para conocer barrios que en un hotel no encontrarías. Si a ello sumas la posibilidad de hacer nuevos amigos, se acerca más a la idea de “el viaje perfecto”.

 

La primera vez que utilicé Airbnb moría de nervios y no dejaba de cruzar por mi mente “¿en qué estaba pensando cuando le pagué a un completo desconocido para quedarme en su casa?”. Sin embargo en éste, como en muchos servicios actuales de uno a uno, la confianza se basa en la buena voluntad de las personas, en la afinidad de perfiles y en el sistema de reseñas que se dejan los unos a los otros. 

 

Fue así que después de varias experiencias de viaje lejos de hoteles y tours pre-fabricados escuché hablar sobre Couchsurfing, una comunidad de personas que ofrecen hospedaje a viajeros de todo el mundo sin costo alguno. Al principio en mi cabeza lo entendí como “la oportunidad de viajar a todas partes pero gratis”, y sí, visto desde el punto de vista más práctico significa viajar sin pagar hospedaje, sin embargo a los anfitriones no les gusta que el servicio se vea con esos ojos. 

 

Esto se debe a que en realidad lo que mueve a las personas a ofrecer sus casas es el espíritu de conocer a gente de otros países y crear conexiones con personas de diferentes culturas. Así me gusta verlo a mi también, la oportunidad de hacer amigos de otros países, sin estar de viaje. 

 

Un poco de contexto 

Couchsurfing fue creado en 2004 y como muchas de las empresas tecnológicas tiene su sede en San Francisco. En sus inicios funcionaba como una plataforma sin fines de lucro pero debido al éxito en todo el mundo para 2011 integraron un mecanismo de pago que incentiva a los usuarios a hacer aportes monetarios a cambio de una certificación como usuario verificado (de confianza) a los que se les da prioridad en las búsquedas y recomendaciones. Como tal, la empresa jamás ha cobrado por utilizar el servicio o abrir una cuenta. 

 

Gracias a esto Couchsurfing ha sido el responsable de las experiencias de 11 millones de viajeros procedentes de más de 150 mil ciudades de todo el mundo. 

 

¿Cómo funciona exactamente Couchsurfing? 

Todo comienza en la comodidad de tu casa (preferentemente para que tengas el tiempo suficiente de pensar en las cosas que compartirás), ya sea a través de www.couchsurfing.com o bien, a través de la aplicación móvil para iOS o Android. Una vez dentro, el proceso es bastante simple: 

 

1. Seleccionas la opción Join para crear un perfil en la plataforma y puedes usar tu perfil de Facebook o abrir una cuenta con tu correo electrónico para darte de alta.

2. El segundo paso es proporcionar toda la información posible sobre ti: fotos, ideologías, a qué te dedicas, pasatiempos, por qué te uniste a la plataforma, libros, música y películas favoritas, qué países has visitado o en los que has vivido. No reveles información demasiado específica sobre tu vida pero sí la suficiente para que una persona que quizás nunca ha visitado tu país se pueda hacer la mejor idea de ti, pues de ello dependerá que puedan recibirte o quieran quedarse contigo. 

 

Suena sencillo pero te recomiendo que te tomes el tiempo suficiente para pensar cada cosa que vas a escribir y seas muy honesto con tus intereses para lograr que tus conexiones en el mundo sean con personas con las que genuinamente crees que podrías congeniar. 

 

Este es uno de los momentos en los que hablar otros idiomas te abre las puertas del mundo. La mayoría de los perfiles de Couchsurfing están redactados en inglés con el fin de hacer que personas de cualquier país puedan comunicarse, incluso si el idioma nativo es chino, hebreo o ruso. Se ha aceptado como el idioma universal y hablarlo o no, puede ser la diferencia entre conseguir anfitrión o no pues sin tema de conversación nadie te va a abrir las puertas de su casa. 

 


Ya eres parte de la comunidad Couchsurfing, ¿ahora qué? 

Notarás que sin haber pagado un centavo ya estás dentro, a partir de este momento hay tres vías que te permiten explotar la plataforma: 

 

- Encontrar hospedaje en tu próximo viaje y posibles nuevos amigos:

Lo único que tienes que hacer es publicar tu itinerario de viaje y comenzar a mandar solicitudes o esperar a que un anfitrión encuentre tu viaje y conincida con sus tiempos. No le tendrás que pagar nada como lo harías en un hotel, hostal o Airbnb pero definitivamente tendrás que pasar un riguroso filtro para ser elegido y comportarte a la altura como lo harías en la casa de un amigo. 


- Ser anfitrión de otras personas que visitan tu ciudad:

Puedes ofrecer tu casa o departamento para recibir a otros viajeros. No importa si no tienes una habitación extra, muchos anfitriones ofrecen los sillones de sus salas para que otros puedan dormir y en ocasiones un simple sleeping bag. Piensa que muchos aventureros están dispuestos a viajar de mochilazo con presupuestos mínimos, por lo cual son flexibles respecto a las comodidades. Será decisión del viajero aceptar o no lo que tú tienes para ofrecer y será decisión tuya analizar los perfiles de los candidatos para aceptar y rechazar solicitudes. También existe la opción de que busques hospedaje y tu casa no esté disponible para recibir a otros, lo cual es completamente válido. 

 

- Conocer eventos en tu ciudad con personas que también aman viajar:

La comunidad comparte eventos en las más de 150 mil ciudades en donde Couchsurfing tiene presencia, así que tal vez no tienes ningún viaje programado ni tampoco te interesa recibir a otros en tu casa pero sí tienes la inquietud de conocer a personas de otros países que visitan tu ciudad y mostrarles tu cultura, al mismo tiempo que tú aprendes de las suyas. Estos eventos van desde fiestas, hasta prácticas de idiomas, recorridos por museos y eventos deportivos. Funcionan como un evento de Facebook así que los interesados pueden indicar que asistirán y comentar al respecto. 


- Grupos:

Muy al estilo de red social, Couchsurfing también cuenta con la sección de Grupos cuya función es concentrar a miembros con intereses en común, ya sea para planear mejor tu viaje o para que éste sea más entretenido. Imagina que por alguna razón te quedaste sin lugar en donde dormir durante tu viaje, para ello hay grupos de anfitriones que ofrecen hospedaje de última hora, o bien, que estás buscando un plan gay-friendly en la ciudad que visitas, también en los grupos encontrarás usuarios que podrán aconsejarte. 

 

Que no te lo cuente el primo de un amigo 

La Ciudad de México es una de las más activas en Couchsurfing, no sólo porque es de las más turísticas a nivel mundial sino también porque –aunque algunos puedan dudarlo– es una ciudad en la que viven miles de personas con alma de viajero e inquietudes por conocer nuevos idiomas, nuevas ideas y nuevas experiencias que expandan su forma de ver las cosas. 

 

Personalmente tuve la oportunidad de platicar con algunos usuarios de la plataforma y sin duda son el reflejo de una generación aventurera y amigable, tal como lo solicita la ideología de Couchsurfing: “Tienes amigos en todo el mundo, sólo que aún no los conoces”. 

 

Carlos Obregón, de 24 años radica en la Ciudad de México y conoció Couchsurfing en 2010 por recomendación de amigos, tenía un viaje en puerta y la plataforma se colocó como una opción atractiva de hospedaje. 

 

Su primera experiencia fue en Melbourne, Australia, en donde pasó cuatro días en casa de Adam y Teresa, a quien contactó apenas una semana antes de volar hacia allá. Carlos asegura que fue “tan fácil como si le escribieras a un mejor amigo al otro lado del mundo para avisarle que vas a caerle”. La semana previa a viaje compartieron correos electrónicos para ponerse resolver dudas pero en realidad todo resultó sencillo. 

 

Fue hasta que Carlos llegó a la casa de la dirección que había recibido que se detuvo a pensar si lo que estaba haciendo no era una locura pero bastó con escuchar un “Charlie is here!” de Sara –otra de las chicas que vivía en aquella casa– para empezar a desprenderse de las dudas y temores. 

 

En el pasillo principal había un póster de Frida Kahlo, lo cual se sintió como un respiro en casa estando del otro lado del mundo, y es que en realidad las personas que vivían ahí estaban muy interesadas en la cultura mexicana, ninguno de ellos había estado antes en México y Couchsurfing resultó ser un punto de conexión con el país que tanto les llamaba la atención. 

 

Guiados por la desconfianza, la mayoría de los usuarios con los que platiqué coincidieron en que no se convirtieron en anfitriones en sus casas sino hasta después de haber probado primero el servicio en otros lugares y darse cuenta cómo funcionaba estar del otro lado. 

 

Carlos, por ejemplo, fue anfitrión por primera –y por cuestiones de tiempo por única– vez de dos personas que venían de Chicago, con quienes se llevó tan bien que terminaron juntos en un festival de música en Morelos. A Juan Roberto, otro usuario de la Ciudad de México, le ha tocado recibir cenas de despedida preparadas por sus invitados en agradecimiento por la hospitalidad. 

Juan ha hospedado a gente de Las vegas, Indonesia, Francia, República Checa, Canadá, Alemania y Australia, aunque él sólo ha tenido dos experiencias como surfer en las ciudades de San Diego y Chicago, siendo ésta última la mejor experiencia ya que el día que llegó su anfitrión lo invitó a una fiesta que tenía su mejor amigo en su terraza porque Paul McCartney tocaba en el estadio de enfrente. 

 

Otra cosa en la que coinciden todos, es que no se trata de un servicio de hotel, la intención siempre es tratarlos y conocerlos, los anfitriones no hacen esto para recibir a alguien que solo llega a dormir. 

 

Todo gira en torno a la seguridad 

Todo el concepto de viajeros alrededor del mundo que están dispuestos a alojarte esperando que surja una nueva amistad suena perfecto, pero el tema de la seguridad sigue siendo la preocupación principal en cualquier servicio de este tipo. Sobre todo porque aquí nadie responde por ti si tuviste una mala experiencia con algún anfitrión ni hay cambios de habitación si a donde llegaste no era lo que esperabas, es crucial que entiendas eso.  En internet encontrarás sitios que relatan experiencias horribles en Couchsurfing, y aunque no dudo que muchas de ellas estén inspiradas en hechos reales, aquí es en donde aplicar el sentido común porque de la misma forma encontrarás historias de viajes dignas de envidiarse.

 

Lo que hace que Couchsurfing tenga credibilidad y confianza ante los usuarios son las reseñas que los miembros comparten. Con base en mi experiencia, la de los surfers y las recomendaciones de la plataforma puedo sugerirte la siguiente guía básica: 

 

- Revisa a conciencia cada uno de los perfiles que te llamen la atención y lee las referencias que otros hayan escrito sobre ellos. Si algo –lo más mínimo– no te da confianza, ve al siguiente perfil. 
- No tengas pena de rechazar solicitudes, tus instintos son los más importantes en un proceso de selección. Siéntete libre de solicitar toda la información que creas necesaria. 
- Si quieres inspirar más confianza en los anfitriones agrega fotos que reflejen tu personalidad, añade a tus amigos de la vida real a tu red y si es la primera vez que usas el servicio, pídele a ellos que escriban referencias sobre ti. Si los perfiles de tus amigos están verificados obtendrás mejores resultados. Como cualquier comunidad, el sentido de pertenencia juega un gran papel así que entre más ajeno te sientan a la plataforma, menos serás considerado como una opción. 
- Verifica tu perfil pagando la cuota de $330 MXN por un año, estos perfiles resultan más confiables entre los miembros y así apoyas al mantenimiento del sitio. 
- Como viajero siempre ten un plan B, quedarte con alguien que no conoces siempre implica riesgos, así que identifica el hotel u hostal más cercano al de tu probable anfitrión por si acaso algo sale mal. Luego ve a la página y déjalo en su reseña. 
Utiliza el sistema de mensajería de Couchsurfing hasta que tu anfitrión o invitado te inspire la suficiente confianza como para pasarle tu número telefónico, redes sociales o correo electrónico. 

Lee más sobre los procesos de seguridad de Couchsurfing en este link.


Basta de pretextos, explora el mundo 

Te lo dice una persona que como muchos sueña con conocer cada rincón del mundo, ésta es una de esas opciones que debes tener presente cada que sientas la inquietud de una nueva aventura. No es la solución definitiva a cada viaje, pero es una alternativa y una muy buena, no solamente porque demanda un presupuesto menos aterrador para salir de viaje sino porque te brinda la oportunidad de vivir la diferencia entre ser turista y viajero.  

 

Conocer un nuevo lugar a través de un local te hace apreciar las calles, la comida y las costumbres con unos ojos diferentes. Sobre todo cuando somos jóvenes tenemos más posibilidades de aprovechar estas oportunidades, así que date la oportunidad de vivir algo nuevo; he leído historias de personas que a través de Couchsurfing han visitado toda América Latina o el sueño de pasar tres meses en Asia. No digo que sea fácil pues para empezar necesitas un boleto de avión, pero cuando esto es lo que quieres que suceda en la vida, la única diferencia con aquellos que ya lo han logrado es que ellos se atrevieron a hacerlo. 

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