Un artículo de Science Translational Medicine habla de una app que, al monitorear la respiración de sus usuarios, podría mandar una alerta a los servicios médicos de emergencia si detecta una sobredosis.
La muerte por sobredosis ocurre de cinco a ocho minutos después de que alguien deja de respirar. El desarrollo móvil daría la oportunidad a los cuerpos médicos para responder si son alertados inmediatamente, ya sea dando asistencia con respiración, ventilación o el antídoto para la sobredosis: la naloxona.
La aplicación convierte el micrófono y bocinas del smartphone en un sistema sonar de corto alcance que emite y recibe señales para monitorear la respiración del usuario. Dado que cuando una persona tiene una sobredosis puede disminuir su ritmo cardiaco hasta llegar a un paro total, la plataforma puede salvar vidas al detectar una respiración extremadamente lenta (menos de siete respiraciones por minuto) .
Después de detectar 30 segundos sin respiración, la app dispara una alarma. Si el usuario no responde, llamaría al 911 o a un amigo o familiar.
Los investigadores probaron la app en una ubicación en Vancouver, donde, en un esfuerzo del gobierno canadiense por prevenir las sobredosis, es posible aplicarse inyecciones de un modo seguro y con naloxona cerca. En las instalaciones, el desarrollo identificó correctamente 45 de 47 instancias de usuarios que habían dejado de respirar por 10 segundos o más.
También se probó en personas anestesiadas (con opioides) antes de que fueran operadas e identificó exitosamente el momento en que los usuarios perdieron el conocimiento y dejaron de respirar por sí misma (para empezar a hacerlo con un respirador) en 19 de 20 casos.
Dado que muchos usuarios de opioides consumen en ambientes caóticos, y el teléfono sólo sirve como sonar si está en una superficie plana, la app está lejos de resolver el problema de muertes por sobredosis. Además, la sobredosis puede ocurrir de manera inmediata a la inyección, por lo que una persona no tendría tiempo de empezar el monitoreo. Sin embargo, no se puede negar que es un avance.
La sobredosis es la causa principal de muerte en Estados Unidos en adultos menores de 50 años. En 2017, se registraron 70 mil casos.
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