Robots que hacen cirugías, que cuidan a ancianos o que dirigen automóviles; los avances tecnológicos sugieren que en el futuro cercano se estará rodeados de ellos. Sin embargo, un estudio encontró, en un periodo de cinco años –de 2012 a 2017–, que la opinión pública en la Unión Europea sobre los androides se está haciendo negativa.
En la encuesta, se describía a los participantes el papel de los robots en tareas domésticas o peligrosas para los humanos, como misiones de rescate; entonces, se les pedía que los juzgaran. Por supuesto, los resultados les favorecían.
Pero en cuanto se les describía a robots con funciones más complejas, como las inteligencias artificiales que conducen autos o realizan cirugías, se les evaluaba negativamente.
La ecuación parece obvia: mientras tengan más interacción con los humanos o su seguridad dependa de los androides, éstos tienden a verse con más desconfianza.
El estudio reveló algunas datos menos predecibles: los hombres tienden a confiar más en los robots. Además, los obreros tienen actitudes más negativas hacia ellos, mientras los oficinistas, más positivas.
Y otra cosa: en los países de la Unión Europea con mayor índice de edad, la actitud es más positiva hacia los robots.
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