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Científicos chinos crean una máquina capaz de gestar embriones, con ayuda de una IA


Es un útero artificial, donde, hasta ahora, sólo se han desarrollado fetos de ratones, pero aseguran que en el futuro podría funcionar para gestar embriones humanos.

por: Redacción Paréntesis Redacción Paréntesis

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No cabe duda que la realidad cada vez más supera a la ficción. Aunque esta noticia parece sacada de una película futurista, donde los humanos son creados en entornos artificiales, en lugar de ser concebidos en el útero de una mujer, es una realidad que, la tecnología que podría hacer esto posible, ya está en desarrollo. 

 

Un grupo de científicos del Instituto de Ingeniería y Tecnología Biomédica de Suzhou, en China, ha estado trabajando en el desarrollo de una máquina, que funciona como un útero artificial y tiene la capacidad de gestar un embrión y hacer que se desarrolle hasta el momento en que esté listo para “nacer”.

 

El útero artificial funciona con ayuda de una inteligencia artificial, la cual se encarga de monitorear a los embriones para vigilar su desarrollo y crecimiento, así como sus signos vitales; además, tiene la función de asegurarse de que el tipo y la cantidad de nutrientes sean los óptimos para el desarrollo de cada embrión, según sus necesidades específicas, así como también el suministro de oxígeno que requieren. 

 

En un artículo publicado en Journal of Biomedical Engineering, que es una revista científica china revisada por pares, los investigadores chinos explican que, hasta el momento, su dispositivo de cultivo de embriones a largo plazo, que es como llaman al útero artificial que desarrollaron, sólo ha sido probado con embriones de ratones, sin embargo, aseguran que ya podría funcionar con embriones de otras especies, como los humanos. 

 

La máquina no ha sido probada con embriones humanos, debido a que las leyes internacionales prohíben la experimentación con ellos más allá de las dos semanas de desarrollo.

 

Sin embargo, en mayo del año pasado quedó abierta una posibilidad para dar luz verde a este tipo de experimentos, pues la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre publicó nuevas directrices que indican que podría ser permisible estudiar embriones humanos vivos más allá de las dos semanas que hasta ahora se permiten.

 

“Todavía hay muchas incógnitas sin resolver sobre el proceso fisiológico del desarrollo normal de los embriones humanos”, aseguran los investigadores en su artículo. “El estudio del proceso de desarrollo de los embriones humanos no sólo ayuda a las personas a comprender mejor el origen de la vida y el desarrollo embrionario, sino que también proporciona una base teórica para resolver los principales problemas de salud reproductiva, como los defectos de nacimiento”.

 

Además, los científicos aseguran que, en el futuro, un útero artificial como éste podría eliminar la necesidad de que las mujeres lleven a sus embriones durante nueve meses dentro de su cuerpo y permitir que el feto crezca de forma más segura y eficiente, al mismo tiempo que le evitan a la mujer todos los malestares y riesgos asociados con la gestación y el parto. Por otro lado, es una tecnología que, de llevarse a la práctica, evitaría la polémica de los llamados vientres de alquiler.

 

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Cómo funciona el útero artificial

El dispositivo de cultivo de embriones es un complejo sistema de contenedores, donde los embriones reciben un constante suministro de fluidos ricos en nutrientes y oxígeno. Además, integra un dispositivo óptico capaz de vigilar a los embriones y proporcionar información clave sobre su estado, desarrollo y crecimiento. 

 

El sistema está controlado por una inteligencia artificial, que es capaz de detectar hasta los más pequeños cambios en el estado de los embriones, para así ajustar los niveles necesarios de nutrientes y oxígeno para su correcto desarrollo.

 

Otros proyectos basados en el concepto de útero artificial

Aunque la idea de desarrollar embriones humanos fuera del útero y usando un entorno artificial para ello parezca algo nuevo, en realidad data desde la década de los 50, cuando el médico neoyorquino Emanuel M. Greenberg patentó el primer diseño de una máquina de este tipo.

 

Su idea era la de tener un tanque lleno de líquido amniótico, que es donde se albergaría al embrión, además de una máquina que se conectaría a su cordón umbilical, bombas de sangre, un riñón artificial y un calentador de agua.

 

Además del proyecto de los científicos chinos, otro de los diseños más recientes en este ámbito es el desarrollado en 2019 por investigadores de la Universidad de Eindhoven, en los Países Bajos. Sin embargo, éste no está enfocado en el desarrollo de embriones sino de fetos ya más cercanos a su etapa final de desarrollo.

 

Se trata del proyecto Perinatal Life Support (PLS), que está pensado para ayudar a reducir la mortalidad de los bebés que nacen prematuramente, al ayudarlos a terminar su desarrollo en un medio más favorable que una incubadora. Según sus creadores, el PLS estará listo para empezar a usarse dentro de unos siete años.

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