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¿Qué es el tecnoestrés y cómo es que el home office te está afectando?


Si tu piel está reseca, se te cae el cabello, no puedes dormir, estás comiendo más y estás todo el día conectado, puede que tengas tecnoestrés.

por: Roberto Guzmán Roberto Guzmán

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En un boletín publicado en la página oficial de la UNAMErika Villavicencio-Ayub, investigadora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, indica que el estrés laboral que sufre el 75% de la fuerza de trabajo en nuestro país se ha agravado debido al tecnoestrés, que ha aparecido a raíz de la pandemia por COVID-19.

 

Antes de la pandemia, aproximadamente el 25% de los trabajadores mexicanos presentaban algún tipo de trastorno mental, como la depresión.

 

Ahora, 191 días después de haber entrado en cuarentena, es muy probable que esa cifra ascendiera para tener actualmente a uno de cada dos trabajadores con algún padecimiento mental, de acuerdo con las estimaciones de la especialista universitaria.

 

¿Cómo saber si tengo tecnoestrés?

 

Algunos de los síntomas del tecnoestrés pueden compartirse con otros trastornos e incluyen: resequedad de la piel, la caída del cabello y la afectación del ciclo de sueño, por lo que si tienes muchas dificultades para conciliarlo, puede que tengas tecnoestrés.

 

Además, también podemos presentar otros síntomas, como el consumo excesivo de alimentos, exceso de conectividad, preocupaciones, angustias, depresión y miedos.

 

¿Por qué surgió el tecnoestrés?

 

El tecnoestrés pudo haberse desarrollado debido al cambio repentino de las jornadas laborales y cargas de trabajo más fuertes a raíz del esquema de Home Office, mismo que hace que el jefe o dueño de la organización se sienta con el derecho de exigir que los trabajadores estén disponibles todo el tiempo, incluidos los fines de semana, situación que se considera una cultura laboral tóxica que conlleva al estrés y repercute en la productividad.

 

“Ahí aparece el denominado tecnoestrés, derivado del uso desadaptativo de las tecnologías. Aunque depende de la situación, también podemos hablar de una tecnofatiga, cuando se está expuesto a largas horas con exceso de carga laboral”, añadió Villavicencio-Ayub.

 

¿Qué se puede hacer?

 

Programas de contención emocional, cursos para reforzar las habilidades de los líderes de equipo y una reforma legal en la Ley Federal del Trabajo, son algunas de las sugerencias de la investigadora, recalcando que es necesario que se establezca el derecho del trabajador a desconectarse fuera de los horarios convenidos de trabajo.

 

“Que esa desconexión se respete por ley, porque las personas necesitamos atender otros aspectos de la vida. Como seres biopsicosociales se ha invadido el hogar por estas causas, y en la medida que la persona pueda equilibrar su vida, tener descanso y actividades y despejarse mentalmente, sacará el desgaste que tiene por esta conectividad”, aseguró.

 

Villavicencio-Ayub enfatizó que la meta es tener la menor afectación mental al finalizar la pandemia, ya que el trabajo tóxico impacta en nuestro sistema inmunológico y éste debe permanecer lo más fuerte posible para que ninguna otra enfermedad lo ataque.

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