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El ‘orden Machete’, el método definitivo para ver Star Wars


¿Piensan hacer un maratón de Star Wars? Consideren ver las películas bajo este modelo.

por: Lalo Ortega Lalo Ortega

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Pocos productos dentro de la cultura popular han engendrado una comunidad de fanáticos como la de Star Wars. Durante décadas, los ávidos seguidores de la lejana galaxia, conocidos como warsies, se han dedicado a conocer y debatir cada aspecto de la saga creada por George Lucas, con el afán de compartirla y disfrutarla con cada vez más personas.

 

A raíz del lanzamiento de las precuelas (Episodio I, Episodio II y Episodio III, que preceden a la trilogía de filmes originales) entre 1999 y 2005, uno de los debates más apasionados entre ellos gira en torno al orden más satisfactorio para ver la saga completa, sobre todo para quienes no la conocen. Al respecto, existen dos tendencias predominantes:

 

- El orden cronológico. La historia de la familia Skywalker se desarrolla en orden secuencial, al empezar con el Episodio I y terminar con el Episodio VI (o el VII, desde 2015). Este era el orden que Lucas pretendía para su saga galáctica.

 

- El orden de estreno. Para otros, Star Wars se disfruta más viendo las películas conforme se estrenaron: primero la trilogía original (del Episodio IV al Episodio VI) y luego las precuelas (del Episodio I al Episodio III).

 

Cada estilo tiene sus ventajas, pero para el autor del blog Absolutely No Machete Juggling, Rod Hilton, ambos tienen también muchos problemas en el plano narrativo.

 

Por un lado, el orden cronológico arruina completamente la sorpresa más importante de toda la saga, y según argumenta Hilton, la verdadera historia de Star Wars es lo que sucede en la trilogía original (la historia de Luke Skywalker), mientras que las precuelas sirven como mero preámbulo. Por ello, ver éstas primero no tiene mucho sentido.

 

Por otro lado, el orden de estreno hace sentir a la saga como dos historias inconexas (la de Anakin y la de Luke) y tiene un problema mayúsculo con una de las tomas finales del Episodio VI, en la que vemos a tres figuras fantasmales. Sin ver las precuelas antes, no hay ningún contexto sobre quién es el hombre que aparece junto a Obi-Wan y Yoda.​

A Hilton se le ocurrió una alternativa que mantiene las sorpresas de la trilogía original y permite conocer a Anakin Skywalker antes del Episodio VI, y de paso minimiza los problemas en el plano narrativo. El "orden Machete" propone ver las películas de Star Wars en esta secuencia: Episodio IV, Episodio V, Episodio II, Episodio III y Episodio VI.

 

Así es, queda excluido el Episodio I, y éste es sólo uno de los varios beneficios de disfrutar la saga de esta manera.

 

¿Qué ventajas tiene el 'orden Machete'?

Lo primero es que unifica a la saga como el relato de Luke Skywalker, el verdadero héroe, y su lucha contra el Imperio Galáctico. Episodio II y Episodio III entran en el momento perfecto de suspenso y funcionan como un extenso flashback después de la gran revelación del Episodio V.

Posponer el final de las dos trilogías, solamente lo hace más satisfactorio cuando sucede, pues genera un nivel importante de tensión al poner a la Rebelión contra las cuerdas en el Episodio V, y demostrar el impactante poderío del Emperador en el Episodio III, previo al enfrentamiento definitivo.

 

Además, de esta manera, se dan a conocer tanto las motivaciones de Luke como la tragedia de Darth Vader. El Episodio VI da un cierre redondo a ambas historias simultáneamente.

 

El "orden Machete" omite el Episodio I no por ser malo o bueno, sino por ser irrelevante: todos los personajes exclusivos de la película desaparecen al final de ésta (como Darth Maul o Qui-Gon Jinn), y los demás vuelven a ser presentados en el Episodio II.

 

Prácticamente nada de lo que sucede en el Episodio I es importante para la saga en general, y excluirlo evita involucrar a personajes como Jar Jar Binks y casi totalmente a Qui-Gon Jinn, cuya existencia contradice a lo dicho en el Episodio V. En resumidas cuentas, de esta forma la historia pierde mucho peso innecesario y queda más simplificada.

 

Mejor aún, poner las precuelas entre el Episodio V y Episodio VI resalta más los paralelos entre los protagonistas de ambas trilogías, al poner en evidencia que para el último filme de la trilogía original, Luke se está debatiendo entre el lado oscuro y el luminoso de La Fuerza, lo que añade una capa más de tensión emocional para el duelo final (que, dicho sea de paso, tiene muchas referencias visuales a otros duelos Jedi en las precuelas).

Hilton expone muchas más razones por las que el "orden Machete" es el idóneo para disfrutar de Star Wars, aunque tampoco es perfecto. Aún quedan algunos vacíos en la historia, como la falta de explicación para la relación de Anakin con C-3PO, algunas breves menciones a Qui-Gon Jinn y la profecía de “El elegido”, explicada en el Episodio I. Sin embargo, nada de esto tiene mayor impacto en la experiencia final.

 

También hay que considerar que, aunque también los más conocedores pueden sacarle provecho, su principal propósito es crear una experiencia más satisfactoria para quienes apenas conocerán la saga por medio de las películas, y no contempla la inclusión del “Universo Expandido” (series de televisión, cómics, novelas o videojuegos de la franquicia).

 

¿Y dónde van el Episodio VII y otras películas?

Ésta es una cuestión importante entre los fans desde el estreno de El Despertar de la Fuerza en 2015, el cual da inicio a un nuevo capítulo en la historia Skywalker, y con el inminente lanzamiento de Rogue One: Una Historia de Star Wars, que funciona como una película de antología, independiente de los episodios principales.

 

Desde entonces, Hilton ofrece una actualización al "orden Machete": coloca al Episodio VII al final de la secuencia, a reserva de lo que suceda con el Episodio VIII y el Episodio IX en el futuro.

 

Respecto a las películas de antología, Hilton afirma que pueden ser vistas sin ningún orden en particular y como complemento después de ver la saga principal. En esta categoría se considera a Rogue One: Una Historia de Star Wars, al próximo spinoff de Han Solo e incluso al Episodio I (como un prólogo opcional).

 

En conclusión, esta alternativa ofrece un gran nivel de coherencia narrativa dentro de la saga, sobre todo para los neófitos y para quienes no quieren desestimar por completo la trilogía de precuelas.

 

Como resume Hilton, “con el 'orden Machete', la experiencia de ver Star Wars inicia con la película que mejor establece el universo de la trama, el Episodio IV, y termina con el final más satisfactorio, el Episodio VI”. Queda por ver qué otras propuestas crearán los fanáticos conforme la franquicia evolucione en manos de Disney.

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